Albacete, 11 de septiembre de 2024.- Hoy, en las inmediaciones de la emblemática Plaza de Toros de Albacete, ha tenido lugar un emotivo homenaje en honor a dos de los grandes toreros de la historia local: Chicuelo II y Dámaso González, quienes dejaron una huella imborrable tanto en los ruedos como en la vida de esta tierra. El acto, ha reunido a familiares, amigos y autoridades, entre ellas, el presidente de la Diputación Provincial de Albacete, Santi Cabañero.
Durante su intervención, ha destacado la profunda conexión entre la tauromaquia y la identidad cultural de Albacete, remarcando que «la Real Academia Española de la Lengua, entre otras acepciones, define la cultura como los usos, costumbres y tradiciones de un pueblo. No sé en qué universo viven aquellos que no ven la tauromaquia como cultura». En sus palabras, ha subrayado que quienes han crecido en esta tierra, saben que «los toros son cultura» y que forman parte de la identidad albaceteña.
El presidente ha expresado su respeto y admiración hacia los homenajeados, señalando que tanto Chicuelo II como Dámaso González «fueron grandes no solo dentro de la plaza, sino también fuera de ella, trabajando y dejándose la piel por la sociedad en la que vivían». Cabañero ha extendido su felicitación a sus familiares, en especial a Trinidad y Félix, por el legado que sus seres queridos han dejado en Albacete.
Asimismo, el presidente ha tenido palabras de agradecimiento hacia la Escuela Taurina de Albacete, destacando el trabajo de maestros como Sergio y Gonzalo, y subrayando la importancia de transmitir los valores de la tauromaquia a las nuevas generaciones. «Ojalá todos los maestros que tuvieran nuestros hijos fueran como vosotros», ha dicho, elogiando el esfuerzo y dedicación que han permitido que Albacete siga siendo una tierra fértil para el arte del toreo.
Cabañero también ha hecho un llamamiento a mantener la tauromaquia como parte del patrimonio popular, afirmando que «los toros son del pueblo, no intentemos patrimonializarlos». Ha concluido su discurso aconsejando a los jóvenes que se inician en este mundo que «entreguen el toreo al pueblo», tal y como lo hicieron los grandes maestros homenajeados.
Este homenaje ha servido para recordar la grandeza de Chicuelo II y Dámaso González, dos figuras que marcaron la historia de Albacete y que siguen siendo un ejemplo de dedicación y pasión por la tauromaquia.
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